lunes, 25 de mayo de 2009

"un regalo..."

Sentado en la alfombra del salón, Harry mira arder el fuego de la chimenea.
Es la una de la mañana, y el 25 de diciembre acaba de llegar. Pero este año, las festividades no llegaron a su casa. Sin nadie con quien compartir las fiestas, seria inútil la más minima celebración.
Justo arriba de la chimenea esta colgado u cuadro horrible, que sus abuelos le regalaron años atrás sin mucho interés. Lo mira fijamente y piensa que hace allí ese feo cuadro, por que aun no lo había descolgado. Al no tener nada mejor que hacer, se incorpora, se acerca a el y se dispone a descolgarlo. Casi instantáneamente, interviene la nostalgia de la fecha que se lo impide.
Se ve tan solo en ese espacioso salón.
Decide que es u buen momento para comer algo. Se dirige hacia la cocina. Este, no es un lugar donde le guste pasar mucho tiempo. El color blanco invade el lugar, al punto que tener más de dos luces encendidas le provocaría ceguera a cualquier persona.
Vuelve al salón, con un sándwich en sus manos, y cuando se dispone a sentarse en el viejo sillón, algo llama su atención.
Cerca de la chimenea, se encuentra una de las ventanas del salón. Quizás sea la de la vista más hermosa.
Se levanta y se acerca hacia el vidrio. Afuera, lo primero que ve es el viejo árbol que permanece de pie junto a su casa desde que tiene memoria.
Repentinamente, algo se mueve detrás del tronco, haciéndolo saltar hacia atrás por el susto.
Sin pensarlo mucho, sale de la casa y se dirige hacia el árbol.
Revisa y no encuentra nada, tal vez esta tan aburrido que su propia imaginación quiere entretenerlo.
Igualmente, piensa en buscar la vieja escopeta de su abuelo, solo por precaución.
Entre cajones, baúles y estantes, se encuentra con viejo y empolvado libro.
Se trata de un libro fino, que tiene algunas hojas salidas, con un a tapa negra con una imagen algo sangrienta.
En su casa, en la época en que aun su familia vivía con el, los libros nunca fueron interesantes y mucho menos importantes. Siempre fue mejor la televisión o la siesta antes que la lectura, así que el estado de asombro de Harry es grande.
Lo lee rápidamente, se sorprende con la llegada del amanecer, ya que la lectura lo había atrapado por completo.
Descubre que, años después, puede saber algo mas de algún miembro de su familia, que aunque ya no este con el, pudo regalarle un libro en esa navidad y pudo también acompañarlo esa noche através de ese libro.

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